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letra de el mundo subjetivo - solitario

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[letra de “el mundo subjetivo” por solitario]

atención la historia que a continuación van a escuchar
es algo tan singular como difícil de narrar
no sé ni cuándo ni cómo fue que llegué a aquél lugar
desperté sobre unas ramas que “camas” solían llamar

pestañee un par de veces y fui viendo poco a poco
que, o el mundo había cambiado, o yo me había quedado loco
el cielo era rojizo y quemaba como una lumbre
un sol que era más grande y radiante que de costumbre

no estaba solo en aquél lugar deprimente
“parece el medievo”, dijo la voz de mi mente
un juicio un tanto apresurado, pero pertinente
al no haber visto indicios de tecnología en la gente

me di la vuelta, y ahí fue cuando de repente
quedé muy sorprendido por lo que ahora estaba en frente
se asentaba un cúmulo de viviendas ingente
que no dudé en lanzarme a explorar inmediatamente

cada casa que veía era más extraña
todas parecían amalgamas de objetos sujetos con cierta maña
el hecho de que se sostuviesen ya era una hasaña
algunas se asemejaban a tiendas de campaña
diferían entre sí, pero en ellas comprendí
que allí había materiales que ni yo reconocí
y no por estudiar nuestra historia con más ahínco
sino porque no existieron ni en mi 2025

a un viejo que barría el suelo con un palo del golf
le pregunté que año era, y me dijo que el 32
supuse que me tomaba el pelo, y no dije ni adiós
a aquél descarado abuelo condenado por la tos

tras realizar la misma pregunta a varios sujetos
vi que todas sus respuestas diferían por completo
y al no percibir su mofa supe que falté al respeto
a aquél hombre mayor que era inocente, pues prometo

que ignoraba que ignoraban el año en el que vivían
y si bien decían saberlo, sus versiones disentían
quise saber qué hora era, pero tras otro fracaso
reanudé mi travesía con un resignado paso

sorprendido por las estructuras modernas que habían
mientras caminaba junto a los raíles de un tranvía
sobre el cual hace años nada se movía
o eso indicaba el grosor de la capa de óxido que lo corroía

sentí un pánico racional, y pensé
“debo de disimular, pues ahora ya sé
que me hallo en un lugar de antigüedad desconocida
y la diferencia cultural me puede costar la vida
mejor será que nadie descubra mi procedencia”
mi ropa en sí ya era una inconveniencia
pues yo estaba vestido como la última vez que salí de casa
que no es precisamente como allí vestía la masa

vagué desorientado entre aquél extraño poblado
tratando entre su gente no destacar demasiado
más no me sentí raro, aunque suene inusitado
pues cada habitante vestía con estilo abigarrado

vi a un tipo salir de una taberna
con un calzoncillo sobre el pelo y un sombrero en la entrepierna
reí copiosamente y pensé “vaya majareta”
mientras se alejaba montando al revés su bicicleta

luego me crucé a un niño que decía ser un avión
“cuánta imaginación -pensé- tiene este pequeño”
en lugar de camiseta tenía puesto un pantalón
sobre el que asomaba el brazo y la cabeza con empeño

“cosas de niños”, pensé, y no le di más vueltas
topé con otro bar que tenía una peculiar puerta
tiré de aquella tabla de surf, y una vez abierta
me senté junto a la barra en busca de una buena oferta

ví una máquina de café y en cuanto me fue oportuno
le dije a aquél camarero -cuando pueda póngame uno-
señalando el aparato que pertenecía a mi año
y al que parecía que nunca se le había pasado un paño
me dijo -lo siento, no te lo puedo preparar
ese extraño trasto lleva 15 años sin funcionar
-¿tanto tiempo? ¿y por qué no lo arreglan?- quise saber
-eso es algo que tan solo su creador podría hacer

probablemente ya murió quien sea que fuera.-
qué extraño me pareció viendo a tan simple cafetera
hasta yo mismo podría deducir su funcionamiento
sin tener sobre electrónica mucho conocimiento

conocía a aquél modelo, y que tras su carcasa plástica
sencillos componentes y una circuitería básica
permitían el funcionamiento de aquella fantástica
máquina que usaba una bomba de agua clásica

-seguramente en tierra avanzada haya más de estas
-¿tierra avanzada?- le ianquirí, tras su breve respuesta
lo único que puedo decir que tenía seguro
es que hablaban de ese sitio como si fuese el futuro

le pedí una coca cola y este me puso una fanta
que bebí sin rechistar, ¡la sed que tenía era tanta!
tampoco soy un tipo al que todo lo desespera
y sé que una equivocación la puede tener cualquiera

tenía prisa por irme, y le pregunté cuánto era
y la cifra que me dijo no se hallaba en mi cartera
“no le pagaré dos mil euros de ninguna manera
está loco, intentaré salir de a poco para fuera”

mientras hacia tiempo entró un hombre con un trombón
pidiéndole 2 chupitos de tequila con limón
a lo que el camarero le puso cuatro, y de ron
que generó en el trato una acalorada discusión

-perdone, le he pedido 2, falta uno- le dijo
-te he puesto claramente 2, o es que no lo ves hijo?-
yo no entendía nada, parecía un acertijo
hasta que el camarero le gritó -márchese, se lo exijo! –

el tipo entonces sacudió el trombón como una espada
recibiendo así del camarero un gancho en la quijada
comenzando un duelo a muerte vi oportuna la escapada
y me dirigí sin levantar sospecha hacia la entrada

pude salir de allí, y aunque nadie se lo crea
esa riña dervió en una batalla campal fea
fuera, un hombre arrastrando una roca con una correa
me preguntó -oye chico ¿a qué se debe la pelea?-

-no tengo ni idea, vaya allí si quiere y vea
tengo urgencia por salir de esta condenada aldea-
-madre mía chico, están allí como un cencerro
mejor me voy de aquí antes de que dañen a mi perro

marché y el rumbo me llevó a una plaza concurrida
busqué un “banco y me senté a ver cómo pasaba la vida
ví alguna que otra escena extraña, pero divertida
y una bastante horrorosa que les contaré en seguida

estaba observando a un viejo bastante chocho
que paseaba de la mano con una niña de ocho
creí que era un abuelo con su nieta, y de repente
el viejo comenzó a besarla apasionadamente

a pocos metros había un agente al que me acerqué
denunciando la execrable situación que presencié
cuando llevo al policía hacia el lugar, no lo detiene
y pese a interrumpir su beso le pregunta -¿qué edad tiene?-

el viejo pedófilo dijo -¿acaso no lo veis?
mi novia tiene 9 años, y yo tengo 6-
-no bromees, viejo asqueroso- dije con indignación
esperando del agente una coherente detención

pero el cruce de sus brazos me tenía confundido
así como la impasibilidad de aquél agente erguido
el viejo comenzó a llorar, decía sentirse herido
tras el ataque infundado con el que le había agredido

una mujer que vio todo intervino de repente
y gritó con cara de enfado -¡deténgalo ya agente! –
la hubiese aplaudido de no ser por el inconveniente
de que a mí era a quien señalaba con su dedo vehemente

-¿por qué me apunta usted a mí, acaso está tarada?
lleva aquí desde el principio y no se ha enterado de nada
este viejo abusa y besa a una pequeña hasta la arcada
y porque dice ser un niño van a creerse su coartada?

me respondió -cállate ya, impertinente
¿quién eres tú para juzgar como la gente se siente?
si él dice que tiene 6, los tiene, e invito
a que este niño de 6 años denuncie tu delito.-

el viejo llorón dijo entre sollozos -sí, quiero
deténgale ahora mismo por malo y por embustero-
me mofé de ellos diciendo -el policía no hará tal cosa…-
y antes de concluir la frase ya me había puesto una esposa

-¡irás a prisión por atentar contra sus sentimientos! –
dijo el policía furioso mientras me echaba el aliento
-hacer llorar a un niño… anda que estarás contento-
me abrieron las puertas del coche -¡súbete al asiento! –

el vehículo era antiguo, y para colmo su motor
amenizaba el viaje con su ruido atronador
pero aún podía cumplir con la labor
de llevarnos al centro penitenciario con su marcha de tambor

fui ingresado en una celda por 3 horas, sin embargo
los minutos allí eran como media hora de largo
además, el funcionario que me tenía custodiado
me advirtió que durante el mismo día sería juzgado

¡qué apresurado! no sabía lo que me harían
quizá me asesinarían, tal vez me encarcelarían
recordé métodos de ejecución que usaban antaño
y mientras lo pensaba vi llegar a mí un sujeto extraño

escoltado por cuatro policías venía un bombero
que ojeando unos papeles dijo -estás en mal aprieto
deberías saber que soy el juez, -dijo en tono altanero
-y habrá un castigo severo si me faltas al respeto

de aquí solo se sale con chiste, así que lanza-
dije -quiero a mi abogado- y tanto le pareció chanza
que rió de lado a lado, puesta la mano en la panza
y exclamó -déjenle libre, ya ha pagado su fianza.-

quedé desconcertado, pero libre de mis cargos
esa dulce libertad contenía un regusto amargo
me hallaba confundido, sin embargo
el camino de vuelta a la salida no me pareció tan largo

dos policías me conducían hacia la entrada
durante dicho trayecto escuché su charla privada
aseguraban sus voces con incontrolable euforia
que habían arrestado al criminal más vil de la historia

lo que sobre él se dijo me pareció inconcebible
jamás oí de un villano una descripción tan horrible
¿de qué terrible ser hablaban con voz temblorosa?
¿a cuántos y de qué modo habrá llevado a la fosa?

sentía no solo pánico, sino otra cosa
me empecé a roer las uñas de manera ansiosa
y sentí la necesidad imperiosa
de ver sobre qué figura misteriosa tal leyenda reposa

¡ay! maldita curiosidad morbosa
que das a lo macabro una apariencia deliciosa
y fue justo cuando recogía mi última pertenencia
que escuché “lo llevarán a la doscientos con urgencia”

comentaban dos sujetos de uniformación distinta
que debían ser policías, aunque ninguno tenía pinta
esperé por dos horas, y al no haber nadie a la vista
aproveché para colarme siguiendo la pista

busqué, y tras un recodo vi un polizonte nudista
sugiriendo al malhechor de la celda que no persista
pero su voz chirriante gritaba a los cuatro vientos
probablemente fuese aquella la celda doscientos:

-hemos matado a las verdades, exclamaba
-la ciencia, la coherencia, la vida que tanto amaba-
-¡no hables, miserable!- el policía le reclamaba
mientras el insoportable hombre culpable continuaba:

-quieren acabar conmigo por ser un hombre sensato
a mí que por la verdad muero y que con ella a nadie mato-
y el polizonte, que llevaba un flotador de pato
como ornato, dijo alejándose -volveré en un rato.-

avancé por el pasillo con cautela y discreción
hallé la celda 200, y al girar mi dirección
el hombrecillo que vi me causó cierta decepción
era delgado, bajito, y tenía una afable expresión

-¿quién eres malhechor? dime, si haces el favor
de qué infames crímenes se te considera autor?-
le inquirí, disimulando mi temor
a 3 metros de las rejas de aquel tipo que a tantos causó dolor

-he sido condenado por defender la verdad
soy un acérrimo defensor de la objetividad
por no usarla, sino difundirla, estoy cautivo
pues es el crimen más penado de el mundo subjetivo

la ley redacta expresamente
que todo el peso de ella recaerá sobre el insensible que atente
contra la subjetividad, pues agredirá por ende
el derecho de cada individuo, y de aquí se comprende

que todo ataque al subjetivismo se considera
como un daño que es infligido a la sociedad entera
y conlleva pena máxima, pues de alguna manera
no habría daño individual que al colectivo equivaliera-

-eso es una locura- dije con asombro al reo
-sin embargo a juzgar por todo lo que he visto te creo-
cuando aquél hombre logró salir de su estupefacción
me dijo con lágrimas en los ojos de la emoción

-cielos, tengo a una persona objetiva ante mí
hacia tantos años que no hablaba con alguien así
dime ¿cómo es posible que yo no supiera de ti?-
y le tuve que explicar que es que yo no era de allí

le confesé que desperté en su planeta
y la misma historia que aquí narro tuve que contársela completa
acto seguido le pregunté en qué año me encontraba
y puestos a saber también, qué terreno pisaba

-que interesante y extraño lo que me cuenta
estamos en el año 2290
este antes era un planeta hermoso llamado tierra
-¿y qué sucedió, acaso es que hubo una gran guerra?

-alguna guerra hubo pero…- hizo una pausa
de la degradación que ahora ves ninguna fue causa
el subjetivismo fue lo que lo destruyó todo
ya no hay comunicación, la gente no sabe el modo

de interpretar la información que otro sujeto expone
aquí nadie sabe entender nada, tan solo supone
por lo menos, y aunque sirva más que nada de homenaje
aún nos queda un poco de objetividad en el lenguaje

murió la matemática y todo atisbo científico
la gente de aquí no es capaz ni de usar el dentífrico
con la supresión de la objetividad de contexto
la información apenas se transmite y pasa esto

en el mundo subjetivo no hay años, días, ni horarios
aquí cada uno se forma su propio calendario
cuidado con el honorario, no hay moneda fija
conozco un tipo que compró con mierda una vasija

como comprenderás, los conflictos son muy frecuentes
lo raro es la avenencia, dicho sea correctamente
como nadie se entiende aquí, se dan peleas muy fuertes
y no son pocas las veces que estas generan muertes

-¿cómo es posible que el mundo acabase así?
tan degradado con respecto a aquél en el que nací
-el mundo al que un día perteneciste actualmente ha muerto
a no ser que el rumor de tierra avanzada sea cierto…-

¡que hubiera una posibilidad era algo grandioso!
juraba haber oído ya ese nombre misterioso
con tal de averiguarlo pr-nto le pregunté ansioso
-¿qué dicen los rumores de ese sitio tan famoso?

-según dice la leyenda, lo cual no es seguro
todo el mundo habla de allí como si hablase del futuro
se trata de una región muy alejada de esta
infinitamente más avanzada que la nuestra

muchos dicen haber ido, e incluyendo a los sagaces
todos acabaron admitiendo haber sido incapaces
de comprender su alto nivel de sofisticación
cosa que no es de extrañar viendo la actual situación

-puede que deba su supervivencia a un hermetismo
que hizo de ella un reducto invicto ante el subjetivismo-
deduje, y aquél hombre, que pensaba igual que yo
me proporcionó la forma de llegar y se cayó

oí el ruido de unos pasos próximos, supuse que eso
era el policía de antes cumpliendo con su regreso
este irrumpió en el pasillo con un gesto amenazante
sujetando una pistola que apuntaba hacia delante

-¡márchese de aquí o le dispararé en la sien!
-tenga calma agente ¿no ve que soy un hombre de bien?
-si es así ¿qué hace aquí hablando con tan maldito rehén?
-porque justamente vine a maldecirlo yo también

me estrechó la mano de un modo muy campechano
y me dijo -¡pr-nto le daremos fin a este gusano!-
salí de allí, dormí en la calle y desperté temprano
poniendo rumbo hacia tierra avanzada, seguí el plano

durante diez días de los que apenas me acuerdo
viajé con tal de encontrar aquél lugar tan cuerdo
mientras vagaba me imaginaba cómo sería
el único sitio incólume ante la majadería

fantaseaba sobre su tecnología con agrado
imaginando su grado, pues allí se habría conservado
tantos años de progreso tendría frente a mi pasado
que por más que imaginase no me hubiera aproximado

pero mi ilusión se vio seriamente mermada
ya estaba solo a 2 kilómetros de la llegada
y no veía edificios, ni vehículos, ni nada
más que alguna montaña en una árida explanada

llegué donde debía estar tierra avanzada
y maldije a la leyenda y a por quienes fue contada
seguí caminando por si acaso en el yermo sitio
con una decepción que apenas mantenía mi arbitrio

-¡en este secarral no hay nada, me han mentido entonces!-
asesté al aire golpes, dí sobre la tierra coces
pensé haber caído en las fauces de ilusiones feroces
cuando a través de una cueva me pareció escuchar voces

entré siguiendo el rastro de las voces provenientes
había humanos desnudos, barbudos y malolientes
estaban a unos treinta metros respectivamente
cada uno de ellos, hablando un lenguaje diferente

alguno solo se expresaba mediante gruñidos
otros gesticulaban, sin siquiera emitir ruidos
por último había quien hablaba, o eso parecía
porque solo el emisor de su mensaje lo entendía

no compartían los gestos, mucho menos el idioma
era imposible distinguir la furia de la broma
sé que puede resultar extraño lo que estoy diciendo;
algunos reían llorando y otros lloraban riendo

¡cuán excesivo su primitivismo era!
desconocían el fuego, pues no vi antorcha ni hoguera
intenté hablar con más de uno, pero no logré gran cosa
y huí al ser amenazado con una piedra filosa

abandoné esa cueva de salvajes con enfado
lo que allí había se oponía a lo que se me había contado
más que futuro, aquello era el pasado
seguí avanzando con tal de encontrar ese lugar tan avanzado

al rato escuché ruidos y encontré una gruta nueva
en la que pude ver lo mismo que en la anterior cueva
salí tras un intento de diálogo frustrante
para media hora después encontrar otra semejante

así estuve un buen rato, hasta que al salir de la octava
¡albricias!, había encontrado tierra avanzada
y supe así que en tanto cuanto la leyenda aserta
no había ni una sola cosa incierta…

y no hube de mover las piernas ni la vista
de pr-nto, la propia comprensión me hizo sabedor:
aquél sitio era, en efecto, el más avanzado del mundo
del mundo subjetivo, su culmen su esplendor

en ese momento supe que no me habían mentido en ningún momento:
aquél lugar era el lugar más avanzado del mundo
del mundo subjetivo, su culmen

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