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letra de nuestra visión - harold velazquez

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éramos tres y jugábamos por el barrio
era algo rutinario
reír y jugar y vernos a diario
protagonistas del mismo escenario
pero caminos opuestos
pues nuestros pensamientos eran contrarios

héctor decía di’ que le gustaba el calentón
emanuel a los diez años no tenía dirección
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

pues comienzo con la historia de emanuel
antes el era un niño pero todo cambia y comenzó a crecer
ahora descubrió lo que antes no podía ver
y la sustancia que ingirió ahora se apoderaron de el

todo empezó por experimentarlo
“está será la última” aseguraba no volver a usarlo
el “remedio” que utilizo para liberar su pena
fue lo que aumentó su dolor y se convirtió en su cadena

pero ya era tarde pa’ dejarlo
intento con sus propias fuerzas pero
obviamente no podía lograrlo
solo era dios quien podía libertarlo
pero envés de buscarlo
le dió la espalda y decidió olvidarlo

poco a poco la dosis aumenta
de los gramos perdió la cuenta
pero si antes eran tres ahora son treinta
hasta que un día llegó una llamada alerta
anunciando que su cuerpo no aguanto más de la cuenta

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

del que te hablo ahorita es de héctor el calentón
desde pequeño la calle le llamo la atención
decía que cuando el creciera el tendría una mansión
ya te puedes imaginar quienes eran su inspiración

pero fue creciendo, como era de esperar
consiguió un contacto y la comenzó a traficar
hacía dinero fácil “gastar, vender y cobrar”
claro eso es más sencillo que ocho horas trabajar

poco a poco fue creciendo y subiendo de rango
hasta que llegó el momento en el que el estaba al mando
alegaba el ser la presión, no tenía comparación
hablaba y todos tienen que correr por su instrucción

pero una noche nos llamaron
“lo lamento pero a su familiar héctor lo mataron
52 balas lo alcanzaron
pero lo peor de todo es que los suyos lo tiraron”

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

mire hacia el cielo y encontré la dirección
y aunque tuve aflicción
me mantuve claro en mi misión
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

pero queda uno claro ese soy yo
el que apesar de la circunstancias puso la mirada en dios
el que entendió que cuando
me arrodilló ahí es en verdad crezco
y que cuando no tenía nada y confíe en el plan perfecto

pude haber olvidado mis problemas con una pastilla
pero en esos momentos decidí doblar rodilla
pude haber vendido droga y que mi dinero creciese
pero confíe en él que multiplicó el pan y los peces

el camino de perdición que al hombre le parece recto
pero dios nos pinta el camino perfecto
aunque la muerte dios no lo merezco
yo seguí su trayecto, si no no pudiera contarte esto

vine del mismo lugar donde ellos vinieron
yo ví la mismas cosas que ellos vieron
tuve las mismas oportunidades que tuvieron
pero yo escogí una opción
que ninguno de ellos escogieron

éramos tres y jugábamos por el barrio
era algo rutinario
reír y jugar y vernos a diario
protagonistas del mismo escenario
pero caminos opuestos
pues nuestros pensamientos eran contrarios

héctor decía di’ que le gustaba el calentón
emanuel a los diez años no tenía dirección
todos vinimos desde el mismo callejón
bajo la misma condición
pero nunca fue igual nuestra visión

- harold velazquez

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